El Australian Open

Ayer a la mañana estaba leyendo los comentarios que metieron respecto del abierto de Australia y los resultados, algunos sorprendentes, que se dieron. Pero, sin dudas, el tema que más comentarios provocó fue la sorpresiva (¿?) caída de Nalbandian ante un ignoto tenista de Taipei. El muchacho que lo derrotó tiene 25 años y es el número 61 del ranking, así que nadie lo puede tildar de "promesa" del tenis. A esa edad, algunos están pegando la vuelta. Sin ir más lejos, David tiene 27.

Pero me voy a quedar con la discusión acerca de si está bien o mal que "el Gordo" no deje todo lo que tiene para mejorar y llegar lo más lejos que pueda. Creo que había casi unanimidad en decir que juega hasta donde quiere y cuando quiere. Y que no se mata para llegar más lejos. La pregunta es, más allá de la simple opinión de "así le alcanza para darse todos los gustos y cogerse a cuanta minita se le cruza", si para un profesional, cualquiera sea la disciplina a la que se dedique, es ético actuar de esa forma, sin darlo todo para obtener los mejores resultados. No olvidemos que lo eligen, y el acepta, representar al país cuando le toca.

Dejo el debate abierto. Y las fotos.