Un mecánico de cuarta

–Hola, ¿José?

–Sí...

–¿Qué tal? Te habla Manuel, el del Taunus verde.

–¿Quién habla, perdón?

–Manuel, te llevé hace algunos días el Taunus, para que le arregles un temita del servo.

–Ah, sí. ¿Qué tal?

–Bien, muy bien. Te llamo, José, porque me quedé pensando en vos después de buscar el auto el otro día.

–Ajá.

–Me quedé algo preocupado, porque te pagué casi cuatrocientos mangos por el arreglo y a las dos cuadras el freno seguía con el mismo problema de siempre, pegué la vuelta, te llevé el auto otra vez, me explicaste de mil formas que el servo en realidad estaba andando bien, te hice escuchar una pérdida de aire en la zona de los frenos y vos insistías con que no escuchabas ese ruido, hasta que te pedí que por favor te arrodillaras en el piso de tu taller y metieras la cabeza entre los pedales para escuchar el ruido que era evidente. Cuando me reconociste que escuchabas la pérdida de aire, me dijiste que estaba bien así, que eso era el indicador de que el servo estaba funcionando bien, porque estaba largando la presión de la bomba de aire y no sé qué más.

–Sí, sí... es que el servo funciona así, Manuel, yo te lo expliqué varias veces.

–El tema es que como no sé decirle en la cara a la gente que me está mintiendo, no me sale, me fui como un boludo con el auto y la pérdida de aire, que en cada semáforo me soplaba los pies con un aire que parecía de un secador de pelo.

–...

–Lo que te quería proponer, José, es ir a visitarte en la semana con un mecánico de confianza, Mario, que te va a poder explicar un par de cosas, como para que aprendas. Mario me arregló el servo por cien pesos, me lo dejó impecable y corrigió varias cosas que habías dejado mal colocadas en el motor. Se me ocurre que podemos ir a verte al taller y que Mario te explique un par de cositas, sobre todo para que a tus próximos clientes les puedas resolver los problemas, en vez de cobrarles al pedo, ¿me explico?

–No entiendo, Manuel. ¿Me estás hablando en serio?

–Sí, sí... la idea sería ir a verte cuando estés tranqui de laburo, tal vez puedas prepararnos unos sanguchitos, algo para picar, y te lo llevo a Mario para que aprendas la diferencia entre un mecánico de cuarta y uno decente.

–...

–Después está el otro temita, el de tus mentiras, eso de chamuyar a tus clientes tirando cualquier explicación que justifique lo mal que laburás. Para eso tal vez podamos juntarnos con tu mamá si te parece, para que te repita lo que seguro ya te dijo de chico, que mentir está mal, que uno cosecha lo que siembra y que la vida es un boomerang. Si querés nos juntamos algún día con Mario y otro día con tu mamá, como para no mezclar los dos temas el mismo día, ¿te parece?

–...

–¿José?

–...

–¿José? ¡¿José?!

–...

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