Sin el pan y sin la torta

Anoche Estudiantes de La Plata quedó eliminado de su participación en la Copa Libertadores de América. Cayó dignamente el Pincha, ganando, tal como le había sucedido unos días atrás cuando, pese a vencer a Colón de Santa Fe en "el Cementerio de los Elefantes" por 4-1, no pudo coronarse campeón ya que Argentinos Juniors le ganó ajustadamente a Huracán en Parque Patricios y le arrebató el título.

Pero realmente Estudiantes había perdido el campeonato la fecha anterior, al no poder vulnerar en Cancha de Quilmes al empobrecido Rosario Central.

Finalmente, el que todos coincidían era el mejor equipo de la Argentina, se quedó sin el pan y sin la torta. Y reabrió un debate que parecía cerrado: ¿se puede jugar por todo? ¿o hay que elegir un campeonato y apuntar todas fichas ahí?

El anterior ganador copero de Argentina, el Boca de Bianchi, ponía prioridades por semestre: el primero apuntaba a la Copa, y el segundo al campeonato, desechando casi con desprecio la Copa Sudamericana y los Campeonatos Clausura.

Está claro que ninguna de las dos posiciones asegura el triunfo. Fíjense sino lo que le pasó al Velez de Gareca, que apostó claramente a la Copa, dejando de lado el campeonato local, enfrentándolo con suplentes, y también se quedó afuera, y antes que Estudiantes.

Pero lo cierto es que ningún equipo de la Argentina ha logrado ganar La Copa Libertadores y el Campeonato Local en el mismo semestre. Obviamente hablamos desde que existen los "torneos cortos", ya que antes, con el campeonato largo, las posibilidades eran distintas.

Yo personalmente creo que, si uno cuenta con un plantel amplio, que permita una pequeña rotación sin resentir la estructura, se puede aspirar a llegar, como lo hizo Estudiantes, a pelear los dos. Pero en los momentos decisivos, hay que definirse por uno y poner toda la carne en el asador en ese. Porque sino, se le da ventaja a quien descansa mejor. Y esa ventaja, en partidos tan cerrados y con rivales tan parejos, termina definiendo las cosas.

De todas formas, salud Estudiantes. El intento valió la pena.